Gustavo Petro
Gustavo Francisco Petro Urrego

www.fuerzasmilitares.org (28OCT2023).- En Colombia están pasando muchas cosas delicadas y desconcertantes, pero quizá una de las más graves es el desmantelamiento total de nuestras fuerzas militares y de policía.

Desde su posesión, el Presidente inició una política de descabezar gran cantidad de generales, para ascender a quienes quizá sintió más cercanos a su modo de pensar, no solo perdiendo su experiencia, sino desaprovechando una amplia carrera y formación que le han costado al país millones de pesos. Estas actuaciones continúan reiteradamente. Llevamos días viendo noticias de la escalada de renuncias de oficiales de mediano y alto rango de la Policía Nacional.

Mientras tanto, en su misma posesión pidió que se levantaran órdenes de captura de los integrantes de la primera línea, que destruyeron infraestructura en muchas ciudades del país, bloquearon carreteras, asesinaron policías atrozmente, afectaron la producción y trasporte de alimentos, contribuyendo así al incremento de la inflación.

Posteriormente, los sigue protegiendo y designa viceministro a uno de sus miembros. Nombra negociadores de paz a criminales presos, como el llamado ‘gafas’ y los saca de las cárceles. Paga a los delincuentes un millón de pesos mensuales, dizque para que no sigan delinquiendo.

Acuerda un cese al fuego con los reincidentes de las Farc, que ya han violado reiteradamente con hechos criminales, igual que el ELN y en sus planes está negociar con grupos de criminales de todo tipo.

Al propio tiempo, el Ministro de Defensa, que se ha lucido por su incapacidad y poco aprecio a las fuerzas militares, continúa maniatándolas y confundiéndolas con la falta de liderazgo, visión y claridad. A punto que cuando muchas veces son atacados ha dicho que fue por su imprudencia. Es abiertamente hostil a la misión que debe cumplir frente a esta institución clave para la defensa del país.

Petro ha sido contradictor ideológico y político de las fuerzas armadas, no ha compartido su ideología y filosofía, y las combatió con las armas y desde la política buscando su debilitamiento. Hoy es su jefe y pretende debilitarlas desde adentro, mientras fortalece otro tipo de milicianos y grupos de autodefensas como los indígenas, primera línea, campesinos, etc.

El proceso continuará con coroneles, tenientes y capitanes, que están más cerca de las tropas y las comunidades. Miremos el espejo de Venezuela, donde Chávez inició una purga de altos oficiales, con fines de adoctrinamiento.

¿Cuál es el juego? Tener un ejército sin líderes importantes que pueda manejar a su antojo y que en momentos críticos no sea capaz de defender la democracia.

Estamos siendo testigos mudos de un proceso muy peligroso y no hay señales de alerta encendidas. Es el momento de reflexionar seriamente a quienes vamos a elegir en gobernaciones, alcaldías, concejos y asambleas, líderes con posiciones definidas a favor de la democracia y en oposición a la manipulación, no a quienes quieren jugar en los dos bandos.

(María Sol Navia, en Portafolio.com)